El consumo de lácteos, frutas y verduras frescas es un privilegio para los estudiantes de las zonas rurales de Quellón, en el Archipiélago de Chiloé, los que en su reemplazo reciben productos enlatados por parte de la Junaeb. La situación se registra desde hace años, cuando las localidades no contaban con servicio eléctrico continuo y existía el riesgo que los alimentos perdieran la cadena de frío, pero esa realidad cambió y la modalidad de entrega de producto sigue siendo la misma. Por ello, las comunidades educativas y en el municipio local piden a la repartición un trato equitativo en comparación a los establecimientos educacionales de la ciudad.
Un trato discriminatorio acusan profesores y docentes de Quellón, en el Archipiélago de Chiloé, por la calidad en la alimentación que reciben estudiantes de 11 establecimientos de la localidad por parte de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb), quienes no reciben productos fresco sino que enlatados y en conserva.
La situación es de larga data, de cuando sectores de la comuna no contaba con energía eléctrica continua y se corría el riesgo de que los alimentos perdieran la cadena de frío. Sin embargo, pese a que esa realidad cambió hace un par de años, la entrega de los productos sigue siendo la misma.
Esto significa que, en vez de recibir fruta fresca, les entregan compotas y muchas de las verduras vienen enlatadas, como zapallos y zanahorias. Además, entregan la carne en modalidad de pouch y carecen de productos lácteos.
La carga de las raciones llega cada tres meses a las islas, por tanto, es fundamental contar con equipos de refrigeración para resguardar los productos.
Dicha realidad afecta a las escuelas María Enriqueta Chiguay C, Punta White, Blanchard, Piedra Lile, Huelpun, Lastenia Oyarzun A, Punta Paula, Piedra Blanca, San Juan, Yelcho e Inio.
“Dado la condición de isla, Junaeb provee de alimentos que son enlatados y en conserva, lo que implica que de por sí son altos en sodio y preservantes, y no son de buena calidad. Acá deben preparar verduras que vienen enlatadas. Eso es una locura. Además, los insumos y alimentos no son acorde a lo que el propio Ministerio de Educación plantea para una vida saludable”, afirmó Edgardo Castillo, profesor encargado de la escuela rural Huelpun.
El profesional, quien trabaja hace tres años en la localidad, afirmó que tampoco “hay un apoyo por parte de nutricionistas de las minutas para la preparación de las colaciones diarias”.
También cuestionó que “pese a que tenemos sistema de electricidad 24 horas los siete días de la semana, las autoridades a cargo sigan sosteniendo una ración que es de combate y que no es la misma a la que se entrega en los establecimientos de ciudad”.
“Al final todo se define en Santiago, no comprendiendo que las necesidades de las zonas rurales son diferentes”, agregó.
“NUESTROS NIÑOS MERECEN EL MISMO TRATO”
Mismo cuestionamiento realizó Juan Cisternas, profesor de la escuela del sector Punta Paula, quien dijo no entender “por qué a nosotros no nos llegan productos frescos”, indicando que existen varias formas para trasladar los alimentos refrigerados desde el continente a la isla y luego dejarlos en el colegio.
“Estos niños reciben una comida que es malísima, alta en sodio y preservantes. Por ejemplo, la manipuladora de alimentos debe abrir una bolsa que contiene un kilo de carne de cerdo que viene llena de preservantes, en salmueras, y esa debe guardarla”, dijo el docente.
Detalló, por ejemplo, que les llega ajo en polvo, proveniente de China, pese a que Chiloé es uno de los mayores productores de ese producto.
Afirmó que se sienten como el patio trasero de Chiloé y que lo que exigen es equidad en el servicio que entrega la Junaeb a lo largo del país. “Nuestros niños merecen el mismo trato que los de ciudad”, reforzó.
En el caso del establecimiento en el que él trabaja, aseveró que cuentan con estándares y las condiciones para habilitar un espacio para mantener los alimentos, pero para concretarlo necesitan del apoyo del Mineduc.
OFICIOS A DIRECTORA DE JUNAEB
Al estar vigente un contrato es difícil cambiar la minuta de los alimentos que se designan en los establecimientos, por eso piden cambios en la nueva la licitación, que estará vigente entre 2022-2025.
Por ello, mediante oficios, el municipio de Quellón solicitó a la directora de la Junaeb en Los Lagos, Sarita Cárcamo, modificar en la nueva licitación la minuta que establece que el sector es de difícil acceso a uno regular y dejar en claro que cuentan con energía eléctrica.
En uno de los dos escritos enviados a la repartición y al que tuvo acceso BioBioChile, pidieron que “se analice la posibilidad de no seguir entregando a los estudiantes de los establecimientos de sectores isleños, alimentación enlatada en proteínas y se reemplace por comida fresca, debido a que las islas ya cuentan con suministro eléctrico 24/7, excepto Piedra Blanca. Al mismo tiempo, que esta nueva licitación contemple la entrega de todo el equipamiento de refrigeración de ser necesario, para que tengan el mismo tipo de alimentación que los establecimientos urbanos”.
El concejal y presidente de la Comisión de Educación, Pedro Barría, aseveró que “nosotros presentamos por la inquietud de varias comunidades isleñas con respecto a la alimentación básicamente enlatada que reciben y la argumentación que hacía antes Junaeb era que por un tema de refrigeración no podían llevar alimentos frescos, pero esta situación cambió a lo menos hace dos años atrás, porque todas estas islas, a través de un proyecto con financiamiento del Gobierno Regional de Los Lagos, lograron contar con luz”.
Tras los oficios presentados, la directora regional de Junaeb respondió que la solicitud se elevó al Ministerio de Educación para que “en la nueva licitación se pueda establecer el elemento logístico en la refrigeración de la alimentación”, afirmó el edil, quien en paralelo pidió al Departamento de Salud realizar un catastro de los índices de obesidad de los menores en etapa de formación primaria.
En la respuesta del oficio, la directora afirmó que, ante la electrificación continua, se “solicitó a Nivel Central de Junaeb poder incorporar distintas mejoras y una de ellas corresponde a la entrega de Minuto de Alimentación Regular o bien con abastecimiento mensual en estos colegios. Asimismo, se solicitaron otras consideraciones como mayor frecuencia de productos del mar y productos locales; platos con pertinencia regional, estacionalidad y minuta migrantes”.
El concejal Barría indicó que la entrega desigual en el servicio de la Junaeb “ha generado una sensación de injusticia en las comunidades educativas en comparación con los alumnos que residen en la isla grande de Chiloé. Además existe un cansancio lógico que tienen los y las estudiantes de recibir siempre la misma alimentación por años, y preocupación por los altos niveles de sodio que podrían tener los alimentos y que estarían poniendo en riesgo la salud de niños y niñas”.
ALIMENTOS PROCESADOS
Tal como mencionaron los docentes y el concejal de Quellon, la principal preocupación de la comunidad es el alto consumo de sodio. Al respecto, la Dra. Gislaine Granfeldt, académica del Departamento de Nutrición y Dietética, Facultad de Farmacia, de la Universidad de Concepción, explicó que “los alimentos envasados corresponden a la categoría de procesados, a los cuales se les ha añadido algún ingrediente culinario, tales como sal, azúcares o aceite, que permiten prolongar el tiempo de vida útil de los alimentos naturales o mínimamente procesados”.
“Nutricionalmente este tipo alimentos suele caracterizarse por tener un mayor aporte de sodio, carbohidratos simples, azúcares, glucosa, grasas, dependiendo del tipo de alimentos y además contiene algunos tipos de preservantes o aditivos que buscan garantizar el tipo de conservación”, complementó.
La especialista indicó que a la hora de elegir los alimentos “siempre debemos inclinarlos por la compra de productos naturales, principalmente cuando hablamos de frutas y verduras. No obstante, es importante mencionar el rol clave que tiene el acceso a los alimentos y la disponibilidad de estos en los territorios”.
Ante la complejidad de garantizar productos frescos en zonas aisladas del país, afirmó que la modalidad de frutas o verduras en conserva pueden ser una alternativa, pero “ocasional” para generar el reemplazo de dichos alimentos.
Es precisa indicar que la Organización Mundial de la Salud recomienda un consumo mínimo de 400 gramos diarios de frutas y verduras, es decir, cinco porciones al día para reducir el riesgo de desarrollar enfermedades no transmisibles, entre ellas la obesidad.
El Mapa Nutricional de Junaeb 2020 reveló que los estudiantes con obesidad representan el 17,8%, subiendo 0.8 puntos porcentuales en comparación a 2019; la obesidad severa subió 1.2 pp. al fijarse en el 7,6%; y los con obesidad total son el 25,4%.
BioBioChile consultó a la Dirección de la Junaeb en Los Lagos sobre la situación, desde donde indicaron que al estar en pleno proceso de licitación de las empresas que quedarán a cargo de distribuir los alimentos, no pueden entregar detalles de los cambios que se realizaron en el proceso.