El desierto de Atacama, el más seco y árido del mundo, destaca por la natural belleza de sus paisajes, biodiversidad, su flora y su fauna. Ubicado en el norte de nuestro país, abarcando las regiones de Arica, Parinacota, Tarapacá, Antofagasta, Atacama y Coquimbo, cuenta con unos 105.000 Km² de superficie en total. Sin embargo, el espacio del desierto de Atacama se ha transformado en un gran desecho de ropa. Actualmente en el norte de Chile, la ciudad de Iquique es el principal puerto de acceso textil al país y Latinoamérica, prevaleciendo en los sectores de Alto Hospicio, Iquique y el desierto de Atacama, ya que las importaciones llegan a través de grandes fardos de ropa, donde no toda sirve para la venta y terminan como basura en vertederos de ropa usada. Además, Chile es uno de los únicos países que permite el ingreso de ropa no nueva, por razones sanitarias o protección a industria textil no está permitido en otros países de América. De esta forma, el volumen actual de consumo de productos textiles se encuentra alrededor de 91 millones de toneladas y su tasa de crecimiento anual es del 3%, según datos de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Esto tiene una correlación con el aumento de la migración y población en el Norte de nuestro país.
Fotografía: Martin BERNETTI / AFP
Aunque la cobertura lleva meses, los artículos que se han arrojado en el Atacama llevan ahí años. Algunos de ellos, incluso, pueden verse parcialmente quemados, o enterrados entre la arena. En algunas fotografías, las dunas de arena se confunden con las de toneladas de ropa sin dueño. Asimismo, según los cálculos que reporta la AFP, tardarán al menos 200 años en desintegrarse. Con ellas, toneladas de microplásticos ya se están entretejiendo con el sedimento desértico.
Impacto medioambiental
Esto afecta directamente al medio ambiente, debido a que para la fabricación de textiles, como vestidos, según la UNCTAD (Conferencia ONU sobre el comercio y desarrollo) se utilizan anualmente 93.000 millones de metros cúbicos de agua (por concepto de plantaciones de algodón), problema directamente proporcional con la escasez hídrica en el mundo junto con la contaminación acumulada por el uso de pesticidas en cultivos de algodón. Por otra parte, Chile se rige para la Gestión de residuos por la Ley Nº 20.920 (Ley de Fomento al Reciclaje y Responsabilidad Extendida del Productor) la cual fue promulgada en 2016, a pesar de que esta Ley incorpora: Jerarquía de Residuos, Separación y recolección selectiva, Responsabilidad extendida del productor y educación y concientización; no se aplica en estos casos debido a que son vertederos clandestinos, donde no solo existe basura textil, sino que también llantas, repuestos de automóviles y desechos electrónicos, provocando acumulación de basura y nula gestión o gestión inadecuada de residuos afectando a la población de las zonas aledañas, agregando también que se generan emisiones de gases contaminantes cuando son incineradas (practica mayormente realizada). De esta manera, según datos entregados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), señala qué: “un 73% de ropa se consume y solo un 1% se recicla, mientras que el resto es incinerado o no hay registros debido a que son vertederos clandestinos”.
Los mayores daños al ecosistema comprenden:
- Contaminación del suelo y agua: Los residuos textiles pueden generar contaminación en el suelo y en ciertos casos puede producirse acuíferos subterráneos, donde los productos químicos utilizados en la fabricación pueden filtrarse a través del suelo y agua lo que afecta la calidad del suelo y daño a los ecosistemas acuáticos.
- Alteración del hábitat: Los desechos textiles pueden cubrir y sofocar ecosistemas o vegetación existente, reduciendo la biodiversidad e impacto a especies nativas, además los animales pueden consumir estos residuos provocándoles asfixia o lesiones e incluso la muerte.
- Impacto visual y estético: Un vertedero en el desierto impacta negativamente en la visual, un contraste de entorno natural y de desecho afecta la apreciación del paisaje lo que impacta en la disminución de atractivo turístico de la zona.
- Contaminación del aire: La descomposición de los desechos textiles generan malos olores y liberación de gases de efecto invernadero, afectando la calidad del aire en la zona circundante.
Cabe mencionar que los desiertos son ecosistemas frágiles que poseen recursos limitados, puesto que cualquier intervención humana que genere daños pueden tener un impacto significativo en el equilibrio ecológico de la zona. Por eso, es de vital importancia el reciclaje de ropa, pues tenemos un hábitat natural que está siendo atacado y perjudicado. No solo nos afecta a nosotros, sino a toda la diversidad de flora y fauna existe en la zona.
Fotografía: Primer Tribunal Ambiental / AFP
Algunos importantes puntos de reciclaje son:
- Reciclaje en Retail Paris, campaña “ROPA X ROPA” liderado por Conciencia Celeste.
- Patagonia produce chamarras de poliéster obtenido de botellas recicladas.
- Ecofibra: Empresa que recicla residuos textiles para la fabricación de aislaciones térmicas.
- Mayor fiscalización para que desechos textiles no terminen en vertederos o sean quemados.
- Establecer legislación de Responsabilidad Extendida del Producto para este tipo de desechos.
- Normativas que buscan cerrar ciclos de vida de prendas textiles post consumo.
- Incluir desechos textiles en recolección domiciliaria (incluidos en separación de desechos)