Un hecho que ha dado qué hablar, es la amazonía brasileña. El principal pulmón verde de nuestro planeta se vió fuertemente afectado, debido a los incendios provocados en la zona el año 2019, que ha sido calificada, según Greenpeace, como un “crimen ambiental”.

Fuente: CNN Chile

Esta denominada crisis ambiental es producto del actual nivel de deforestación y degradación del mayor bosque tropical del planeta, que ha provocado un alto impacto socio ambiental.

Esta serie de incendios forestales  tuvo su inicio en el año 2019, donde el Instituto de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE), informó por primera vez entre junio y julio de ese año, el aumento de las tasas de incendio mediante sistemas de vigilancia por satélite. Pero, tuvo cobertura internacional en Agosto del 2019, cuando la NASA corroboró los hallazgos del INPE. 

Causas

Estos incendios ocurren en temporadas de sequías, donde la tala y quema de árboles busca la obtención de recursos naturales para la industria maderera. Asimismo, la remoción del bosque para dar paso a la ganadería fue la principal causa de deforestación en la Amazonia Brasileña desde mediados de la década de 1960.

A pesar de que, la tala y quema de árboles es una actividad ilegal, la protección y fiscalización de esta ha sido generalmente débil. 

Según el experto en conservación, Jos Barlow, la mayoría de los incendios en la región son provocados por intervención humana. Además, la causa de su expansión es la deforestación, que ha disminuido la capacidad de la selva para regular y retener los mismos. 

Sin embargo, la respuesta que dió el gobierno brasileño de la época, encabezado por el ex presidente del Partido Liberal, Jair Bolsonaro. Quién mencionó que la causa de los incendios es por la temperatura, además, su reacción ante esta crisis ambiental fue “que no cuentan con presupuesto para atender la emergencia ambiental”, lo cual generó una reacción negativa por parte de Alemania y Noruega en cuanto a las ayudas a proyectos de protección de la selva amazónica.

La extensión y ramificación del ecosistema del crimen ambiental en la Amazonía es una señal de la participación de otras localidades y actores ubicados fuera del espacio amazónico en estas cadenas ilícitas. 

El 19% de las 302 operaciones identificadas se extendieron por fuera de la Amazonia Legal. Estas ramificaciones alcanzan 24 de los 27 estados brasileños, excepto Alagoas, Pernambuco y Paraíba. El estado de Pará es el que más resaltó, con 161 territorios identificados (ubicados en 46 municipalidades) bajo 83 operaciones de la Policía Federal, según datos del Instituto Igarapé.

Esto dio origen a grupos ambientalistas indígenas, defensores ambientales del Amazonas, sin embargo, en 2021, al menos 27 defensores de los derechos humanos y el medio ambiente fueron asesinados en Brasil, incluidos 19 defensores del derecho a la tierra, según un informe de Front Line Defenders. Esto marcó un aumento del 69 % con respecto al año anterior. Además, en el informe de  Global Witness de 2020, Brasil se ubicó dicho año como el tercer país más letal para los defensores de los derechos ambientales en Latinoamérica, después de Colombia (65 asesinatos) y México (30).

Lamentablemente, estos incendios siguen ocurriendo regularmente cada año y en 2022 superó todos los récords, siendo uno de los peores incendios en 12 años. Donde en agosto de ese mismo año, se registraron más de 33.000 focos de incendio, provocando una enorme nube de humo que se extendió, incluso, por países sudamericanos.

Una vista aérea del humo en el Parque Nacional Mapinguari, en la Amazonia brasileña, el pasado 1 de septiembre. DOUGLAS MAGNO (AFP)

La gran mayoría de incendios son provocados para eliminar la vegetación derribada en los meses anteriores. Y en esta temporada había mucho que quemar. En el primer semestre del año hubo alertas por deforestación en 4.000 kilómetros cuadrados de selva, la cifra más alta para el periodo desde que hay registros. 

Es importante, ser consciente de nuestra naturaleza y áreas verdes, ya que estas crisis ambientales se han replicado en otros países de América, como lo son lo ocurrido este año en Chile, con incendios forestales de gran magnitud que dejó 467.000 hectáreas quemadas. También, provocadas por la sequía e intervención del hombre, que acelera el proceso de calentamiento global y la deforestación.