En Puchuncaví, comuna de la región de Valparaíso se encuentra ubicada la división Codelco Ventanas, que es una fundición y refinería de cobre.
Su producción se basa principalmente en el procesado de concentrado de cobre para obtener principalmente ánodos y cátodos de este mineral, siendo reconocidos por su alta pureza (99,99%), una de las más altas a nivel mundial de los subproductos de este mineral.
Los orígenes de la Fundición de Ventanas se remontan a las primeras décadas del siglo XX, sin embargo, se consolidó como tal en 1964, con la inauguración de esta por parte de la Empresa nacional de Minería (ENAMI), bajo las gestiones del gobierno del ex Presidente Jorge Alessandri. Hasta 2003, donde la gerencia de Fundición Ventanas se traspasa a la propiedad de Codelco.
Problemáticas ambientales
Los orígenes de la contaminación ambiental se concretan y amplifican en 1990, con el respaldo de estudios científicos. Es así que la empresa reconoce dichas problemáticas medioambientales debido a procesos productivos al interior de su planta y comienzan las primeras movilizaciones por parte de los pobladores.
Esto transformó al sector de Puchuncaví en una denominada “zona de sacrificio”, por las constantes emanaciones contaminantes, que traen como consecuencia contaminación atmosférica y ambiental, siendo responsables del 54% de las emanaciones anuales del sector. Prevaleciendo los gases emanados de dióxido de azufre (SO2), óxidos de nitrógeno (NOx), dióxido de carbono (CO2) entre otros, material particulado suspendido en el aire y emisiones de azufre y ácido sulfúrico.
Estos gases contaminantes tienen efectos en la población, flora y fauna. Que afecta directamente al sistema respiratorio, generando tos, dolor de garganta y exacerbación de enfermedades existentes. También, produce aumento de smog, lluvia ácida y contribución al cambio climático.
La población del sector ha manifestado estas demandas hace muchos años ya que afecta también en su producción local al dañar los cultivos agrícolas, debido a la alta concentración de dióxido de azufre y óxido de nitroso produce efectos en plantaciones como necrosis (muerte de tejidos) y clorosis (amarillamiento de hojas), impactando en el rendimiento de producción junto con la calidad de los productos agrícolas.
Asimismo, repercute en la calidad de suelo por la emisión de contaminantes atmosféricos que pueden afectar indirectamente a los suelos para cultivo, acidificando y reduciendo la cantidad de nutrientes esenciales disponibles lo que afecta a la fertilidad del suelo y a la capacidad para la absorción de nutrientes. De igual forma, puede afectar también a la población, debido a la absorción de contaminantes los que luego son consumidos por las personas.
Por último, impacta en la contaminación de agua y ecosistemas acuáticos ya que el dióxido de azufre contribuye a la formación de lluvia ácida por lo que puede acidificar cuerpos de agua cercanos (entendiendo la zona de ubicación el impacto es mayor); lo que también afecta al ecosistema acuático reduciendo la reproducción y supervivencia.
Por consiguiente, en el año 2000 el Ministerio de Salud prohibió el consumo de mariscos en la zona ya que estos estaban contaminados con metales pesados.
Consecuencias en sus habitantes
Los primeros registros de consecuencias medioambientales datan en 1968, donde el Ministerio de Agricultura ofició a la ENAMI por daños a los agricultores de la zona. Luego, en 1977 se realizó un aumento en la altura de la chimenea de la fundición como medida ambiental.
Sin embargo, los problemas persistieron y en 1979 los pobladores contactaron al académico Jaime Chiang , quién elaboró los primeros estudios sobre contaminación por arsénico en la zona. En 1985, el académico realizó el primero de ellos, titulado “Determinación de metales pesados en sedimento atmosférico en zona de Puchuncaví-Quintero”.
Los recientes episodios de intoxicación masiva ocurrieron en 2011, 2018 y 2022, este último afectó a 115 personas, la gran mayoría de ellos eran escolares y generó el cierre de centros educativos de la zona.
En el año 2018, se produjo un episodio grave de contaminación que afectó alrededor de 600 personas de Quinteros y Puchuncaví, donde tuvieron que concurrir a centros de salud con un cuadro clínico atípico, con síntomas que incluían vómitos de sangre, dolores de cabeza, mareos, parálisis de extremidades, además de ronchas en la piel de infantes .
Medidas ambientales
En 1990, trás las manifestaciones de los pobladores sobre la contaminación , la fundición reconoció problemas de contaminación en su producción y ese mismo año se creó el Comité de Defensa del Medio Ambiente Puchuncaví.
Luego, en 1991 se regularon las emanaciones de anhídrido sulfuroso, material particulado y arsénico que incluyó a plantas como Ventanas. Bajo el Decreto Supremo 185 del Ministerio de Minería, esta contenía normas, la obligación de llevar un registro de emisiones y solicitar una evaluación del Servicio de Seguridad local y también se fijaron sanciones.
En su artículo 4, incluso señalaba explícitamente que «la Empresa Nacional de Minería y Chilgener S.A., deberán instalar una red de monitoreo permanente de calidad del aire, en la zona circundante al Complejo Industrial Ventanas, 30 días después de la publicación de este Decreto y presentar un Plan de Descontaminación antes del 31 de julio de 1992».
También, se presentó un Programa Ambiental de Ventanas (PAV). En 1992, se inauguró una Red de Monitoreo y, un año después, mediante un decreto, se publicó el Plan.
Sin embargo, pese a todas las medidas planteadas, estas no tuvieron efectos ya que en 1994, el Ministerio de Agricultura declaró al área circundante al complejo industrial Ventanas como «saturada por anhídrido sulfuroso y material particulado».
En 1997 se aprobó el primer Reglamento del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (RSEIA), pero hasta 2018 ninguna de las empresas de la zona habían sido evaluadas ambientalmente en su operación principal, dado que la norma no era retroactiva.
Un ejemplo de esto ocurrió en 2016, cuando la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) procedió a formular cargos en contra de Codelco, propietaria de la Fundición y Refinería Ventanas, tras detectar 13 incumplimientos ambientales.
Fuente: Terram.
Finalmente, trás todas las medidas planteadas e incrementación de la contaminación producida en el denominado “Chernóbil chileno”, y a 10 años de la implementación del Programa para la Recuperación Ambiental y Social por parte del Estado chileno. Sumándole a esto dos fallos de la Corte Suprema que detectan el grave daño ambiental producido en Puchuncaví.
Es que el pasado 14 de junio del 2022, el directorio estatal bajo el gobierno del Presidente Gabriel Boric decidió cerrar de manera progresiva la fundición en Ventanas.Finalmente el 31 de mayo se apagaron los hornos de la fundición Ventanas, que funcionó por casi 60 años, produciendo graves daños al medio ambiente.