Según el estudio Termómetro de la Salud Mental en Chile de la Asociación Chilena de Seguridad y la Universidad Católica de Chile, en el último año, un 32,8% de los ciudadanos reportaron problemas de la salud mental asociados al estrés, angustia y depresión.

Se sabe que una vida saludable es clave para aliviar males físicos y psicológicos, mucho se ha escrito sobre la vinculación de la actividad física y el ejercicio con un cuerpo y mente sanos, pero así mismo existen otros hábitos fundamentales para el bienestar de una persona, tal es el caso de mantener una dieta equilibrada y una alimentación balanceada.

«Una dieta saludable crea una base sólida y más duradera para el cuerpo al reducir la oxidación y la inflamación del cerebro, lo que ayuda a reducir tanto los niveles de estrés como el aumento de peso», explica el Dr. Oscar Hincapie, Director Médico del negocio de nutrición de Abbott.

El especialista explica que personas quienes llevan una vida ocupada, es probable que se sientan estresadas, lo que influye directamente en sus hábitos alimenticios, haciendo más difícil mantener el hábito de comer sano cada día.

Agrega que esto generalmente contribuye a una dieta menos saludable. “Todos sabemos lo fácil que es consentirnos con esa comida rica y alta en grasas que hemos estado anhelando, pero que por lo general no prepararíamos nosotros mismos”.

Es por esto que incorporar un hábito de preparación de alimentos saludables en la rutina diaria o semanal puede mejorar en gran medida la dieta en general y, finalmente, reducir los niveles de estrés.

El estrés afecta la presión arterial y el flujo sanguíneo lo que genera un efecto negativo en la salud del cerebro. Por otro lado, los nutrientes saludables pueden ayudar a mejorar este flujo, y, a su vez, reducir los niveles de estrés, según afirma el experto.

Algunos ejemplos de nutrientes claves para son Omega 3, el cual se encuentra en pescados como el salmón y el atún. Además es un nutriente que aporta efectos antiinflamatorios en el organismo, vitamina E,  presente en alimentos como las semillas de girasol, almendras, espinacas y paltas, además de Polifenoles y Carotenoides que son nutrientes que se pueden encontrar en el vino tinto, los arándanos, el chocolate negro, las verduras de hoja verde y los pimientos de colores.

Efectivamente, una dieta saludable tiene grandes efectos en el cerebro debido a que aporta notablemente en mejoras para nuestros órganos y metabolismo.  “En línea con lo anterior, una buena condición física es uno de los factores más decisivos para combatir el deterioro cognitivo, pues actúa manteniendo un flujo sanguíneo saludable al cerebro”, concluye Hincapie.

Realizar cambios pequeños en la dieta y en el estilo de vida puede reducir los niveles de ansiedad y proporcionar cierto alivio a las personas, sin embargo, es importante no ignorar las señales de estrés, si se siente muy agobiado o ansioso, lo mejor es consultar con su médico de cabecera, el cual podrá ayudarlo a mejorar dicha condición.

 

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